La Pandemia no termino en el mundo y tampoco en Argentina.

En primer lugar porque la OMS mantiene la guardia alta. En segundo lugar porque una gran cantidad de países de Europa, Estados Unidos y otros países del mundo sufren un incremento de casos y fallecidos.
Es preciso recordar que, ante nuevas variantes como Omicron, las cepas circulantes actuales como la Delta, son muy peligrosas y se cobraron cientos de miles de vidas.

En nuestro país lentamente están creciendo los casos, después que en octubre se llegara a un descenso significativo. El crecimiento es bajo aún por el alto número de personas vacunadas en forma completa y porque también se están vacunando a los niños.

Pero las vacunas decaen en efectividad luego de los 5 meses. Por eso, aparte de terceras dosis son necesarias las medidas de protección.
Un buen barbijo protege un 50 % la infección y la distancia y la ventilación le agregan otro 25 % más. En consecuencia para vacunados y no vacunados, sostener las medidas de protección es demasiado importante para que se lo soslayen. Al respecto los mensajes oficiales, lamentablemente muchas veces no van en este sentido y dejan abierta la idea que podemos relajar las medidas de protección. Hoy vemos mucha gente sin barbijo por la calle. Mucho aforo público sin barbijo y sin distancia.

Tenemos mas de 2 millones de personas que no han completado la vacunación. Hoy no faltan vacunas. Entonces a vacunarse. No hay historias significativas antivacunas en el país. Es un merito de nuestra historia sanitaria al respecto, aprovechemos esto.
Recordemos los fallecidos. Recordemos al personal de salud – más de 100.000 héroes fallecidos anónimos en el mundo – que siguen en el frente de batalla.