El dengue es la enfermedad causada por 4 virus estrechamente relacionados pero distintos, denominados como tipos de virus o serotipos. Los virus son la mayoría transmitidos comúnmente por la picadura de una hembra infectada del mosquito Aedes aegypti.

Es la enfermedad arboviral más común a nivel mundial, con un estimado de 390 millones de infecciones por virus del dengue y 96 millones de casos sintomáticos anualmente.

Con los cambios climáticos y desaparición de los bosques, están proliferando estos virus, en áreas que antes no lo padecían crónicamente, particularmente en algunos países de América latina.

Históricamente, la mayor carga del dengue ha sido en niños, adolescentes y adultos jóvenes. En 2019, los países de las Américas reportaron más de 3 millones de casos de dengue y un aumento de la mortalidad en la población pediátrica de niños de 5 a 9 años.

El agua estancada donde los mosquitos ponen huevos, la vivienda de mala calidad, la falta de aire acondicionado y los factores de climáticos (es decir, temperatura, precipitaciones y humedad) aumentan la abundancia, distribución, y riesgo de exposición a Aedes aegypti,

Los efectos ambientales combinados de cambio climático, urbanización, pobreza y migración humana juntos expanden la amenaza de dengue para individuos y sistemas de salud pública en el futuro. Las lluvias que azotaron los últimos días y las inundaciones en algunas provincias han favorecido el desarrollo del vector. Si bien no todos los mosquitos son Aedes, es cierto que hay proliferación también de esta especie.

En nuestro país, donde solo aparecían episodios epidémicos en ciertos años, esta situación ha cambiado y hoy tenemos Dengue de manera endémica, particularmente en el NOA y en el NEA. Pero se ha extendido a todo el país y lamentablemente no existe una campaña de prevención ni de cuidados. Oficialmente se habla de más de 150 mil infectados y más de 100 fallecidos, pero se estima que son más.

La primera infección puede cursar de manera sintomática o con fiebre, vómitos, artralgias y trastornos de la coagulación por disminución de las plaquetas.

Una segunda infección puede producir síntomas más graves con hemorragia y compromiso de otros órganos vitales.

En los primeros 7 días, existen pruebas específicas de laboratorio disponibles, que pueden confirmar la enfermedad, sobre todo para diferenciarla de otras similares como Zika y Chikunguña. El laboratorio es útil, además, para ver la disminución de las plaquetas.

No existe tratamiento específico para el Dengue. El paracetamol, puede reducir la fiebre y el dolor articular. La hidratación es clave. El control es ambulatorio y el reposo está indicado con síntomas agudos. En casos graves la internación es obligatoria. La recuperación lleva su tiempo y es causa de discapacidad laboral.

La estrategia de lucha contra el mosquito transmisor, es básicamente limpiar periódicamente los recipientes con agua en el exterior y no dejar agua estancada. Otras medidas como la fumigación no han sido tan efectivas. Sin embargo, en ciertas poblaciones donde no se puede controlar la circulación del agua, tienen cierta eficacia.

El uso de repelentes, es mandatorio, así como otras sustancias como citronella y permetrina, que se pueden utilizar en la piel y en la ropa.

Tener en cuenta que los productos con DEET (nombre común de N,N-diethil-m-toluamida) al 10% duran hasta 2 hs y los que contiene al 25 % hasta 5 hs (OFF verde). Estamos frente a una escasez del producto y un sobreprecio especulativo, que debería ser sancionado.

En nuestro país, existe ya aprobada por la Anmat y la Agencia de la Unión Europea, la vacuna del laboratorio japonés Takeda, llamada Qdenga. La misma está aprobada desde los 4 años y consta de 2 dosis con 3 meses de diferencia. Se estima su duración en 5 años. Produce inmunidad para los 4 serotipos de la enfermedad y es muy segura.

Lamentablemente su costo es alto, más de $ 70.000 cada dosis y no está en el calendario oficial de vacunas. Con el descuento de las obras sociales y prepagas, del 40% este costo se reduciría con 2 dosis a cerca de $ 84.000.

Desde sectores del gobierno, se ha dicho que no tiene sentido vacunar, ya que la inmunidad no es inmediata requiriendo una segunda dosis con 3 meses de intervalo. Sin embargo, esta aseveración es parcialmente cierta, ya que a los 15 días aproximadamente, produce el comienzo de la inmunidad. Por eso, provincias como Salta y Misiones han comenzado a vacunar entre 4 y 20 años, que es el sector de mayor transmisión de la enfermedad. En Brasil, se ha dispuesto vacunación masiva en amplios sectores de la población.

Se estima que debe existir un plazo superior al mes de contagio si se quiere vacunar luego de haber tenido la enfermedad

Las zonas más comprometidas hoy son el NOA y el NEA, aunque también las provincias del litoral, el conurbano bonaerense y la propia Capital Federal. Por primera vez, se ha detectado circulación en las provincias patagónicas.

No se sugiere la vacuna en pacientes inmunodeprimidos por enfermedades autoinmunes. Siempre hay que consultar al médico primero.

Dr Ricardo López

Presidente FAESS